Se habia dado cuenta de que era masoquista. Se
empeñaba en torturarse las orejas y el alma con canciones de amor. La culpa la
tenia el agujero que absorbia toda luz que le llegaba, que le hacia escuchar
todas esas canciones que se habia autocensurado desde que el...se fue. Le
encantaba sumirla en la mas asquerosa de las depresiones, se regocijaba con su
dolor. Y era un dolor que no recomendaria ni a su peor enemigo. Le oprimia por
dentro y le hacia tener ganas de gritar, gritarle al mundo lo mucho que le
necesitaba. Lo perdida que estaba sin el, sin su ayuda, no era nada. Habia sido
su mayor apoyo, su mejor amigo, su amante, su mundo. Un mundo que se
desmoronaba por momentos como un castillo de naipes ante una revolada de
viento.
Miraba constantemente el movil, a todas horas. No
se que esperaba, un milagro quizas. Que el volviera y le dijera lo mucho que la
echaba de menos. Esperanzas vanas. Jamas ocurriria. El no volveria a llamarla,
ni un triste mensaje. Aprenderia a no acordarse de aquel que un dia fue su vida.
Su corazon siempre le guardo un hueco; un pedacito pequeño, en el que metio su
amor bajo llave. Una llave que jamas desvelaria su secreto. No veria la luz
nunca mas.
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