Bajo a la playa. Se tumbo en la arena. Hacia frio y no
habia mucha gente; para ser abril la temperatura no habia subido nada. Estuvo
escuchando las olas ir y venir, el sonido del mar la tranquilizaba. Puso todos
sus sentidos, dejo que cada celula de su cuerpo viajara con esa agua que iba y
venia. De vez en cuando veia gente, personas ajenas a ella, que reian felices,
volaban cometas y corrian detras de sus hijos. Pero ella no podia participar de
su felicidad. Su vida se habia visto reducida a nada en muy poco tiempo. Esa
situacion la superaba. Recogio el bolso y decidio andar a lo largo del paseo
para despejarse.
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