Sus labios habían pertenecido a otro, quizás aun sabia
a él, pero aquella noche aquel desconocido se llevó todo rastro que pudiera
quedar de lo que un día fue su vida. Volvían a ser neutrales. Pero no había
nada que pudiera compararse a el, dentro de ella existía un vacío, un agujero
negro que absorbía cualquier rayito de luz, por pequeño que fuera. Toda ella
era él. Todo él era ella. Dos mitades complementarias, si uno faltaba, el otro
estaba a medias.
Ella se cepilló la coleta hasta que le quedo
completamente lisa. Actuaba por impulsos, sus ojos estaban clavados en la cara
que habia en el espejo, pero ya no veia nada. Su mente volaba a kilometros de
distancia, lejos de alli, de aquella realidad. La realidad era q no volveria a
verle jamas.
Notó un pinchazo de melancolia al recordarle.
Seguido uno de culpabilidad. Se lo debia todo a X y no creia que pudiera haber
alguien mas perfecto para ella que el. Eran como dos piezas de puzzle. El ying
y el yang. Y aun asi como el dia y la noche. Diferentes pero en el fondo tan
iguales. Estaban hechos el uno para el otro. Cuanto tiempo habian tardado en
encontrarse!!
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